Las reuniones motivacionales marcaron el punto de inflexión para cambiar su vida
Eddy se casó muy enamorada y al principio la relación fue maravillosa pero unos meses más tarde su marido cambió drásticamente. «Me di cuenta de que estaba medito a fondo en el mundo de las drogas, consumía mucho y no controlaba. Empezó incluso a golpearme», relata nuestra protagonista.
Ante esta situación pensó que el problema eran las amistades de las que se rodeaban su marido así que decidió salir de Ecuador y venir a España con él y sus tres hijos. «Al llegar aquí todo se complicó aún más. Apenas teníamos dinero, tuvimos que vivir en una habitación con muchas personas, dormíamos en el suelo…», recuerda emocionada Eddy.
Para colmo su marido siguió manteniendo sus adicciones en España, pero ninguno de los dos encontraba trabajo. Cada vez se sentía más vacía y más sola. Cayó en una profunda depresión. «Dejé de comer y me quedé muy débil. Había perdido la esperanza y las ganas de vivir», afirma.
La Mano Que Ayuda fue su salvación
Un familiar la invitó a la ONG para recibir alimentos y decidió asistir. Esta ayuda fue muy importante para ella, pero además recuerda que las palabras que la dijeron la fortalecieron y la animaron. Empezó a a acudir a las reuniones motivaciones y a poner en práctica los consejos que la daban.
Su vida empezó a cambiar de rumbo
La relación con su marido mejoró y se convirtieron en una verdadera familia. Además, ambos encontraron trabajo y mejoró su vida económica. «Nosotros tenemos dos tiendas de productos latinoamericanos. Están yendo muy bien y acabamos de coger otra empresa de reprografía. Hoy estoy muy feliz y me siento realizada.»