Liliana vivía una vida normal hasta que empezó a ser víctima de abusos sexuales desde una edad temprana. «Mi sufrimiento empezó a raíz que haber sufrido abusos sexuales desde pequeña, al punto de legar a tener rechazo hacia los hombres.» Ante tal situación Liliana empezó a encerrarse en su habitación y en sí misma. «No podía contar a nadie lo que me estaba sucediendo, y eso afectó mi infancia y adolescencia, hasta el punto que no querer salir de casa y quedarme encerrada en mi habitación.»
En el intento de ser feliz, Liliana conoció a su actual esposo. «Conocí a mi actual esposo, en ese momento pensé que mi vida iba a cambiar, pero fue todo lo contrario. Al cabo de un tiempo empezaron las peleas y los golpes, por parte de ambos.» Para intentar olvidarse de sus problemas, Liliana se refugió en el alcohol y en las fiestas.
A raíz de tantos problemas, Liliana llegó al fondo del pozo cuando intentó el suicidio hasta en 4 ocasiones. «Al ver tantos problemas intenté quitarme la vida. 4 veces. Lo intenté cortándome las venas, tomando pastillas, e intentando tirarme en el metro.»
El Centro Cristiano La Mano Que Ayuda, la ayuda que estaba buscando
A través de una revista, Liliana, conoció la ONG y empezó a participar de las cadenas de oración. Poco a poco pudo superar sus traumas. Dejó el alcohol, tiene ganas de vivir y es alegre. Ahora su matrimonio es estable y feliz.