«Bebía y discutía porque en ese momento me sentía superior al resto»
La Mano que Ayuda le devolvió las ganas de vivir.
La infancia de José no fue sencilla. Las dramáticas situaciones que vivió marcaron el resto de su vida.
Pérdida de la inocencia
«Con 7 años tuve que irme a vivir con una familia y trabajar como empleado del hogar para poder pagar las deudas que mis padres tenían.»
Cuando ellos fueron a buscarme yo tenía ya 17 años. Al llegar a casa me encontré con la cruda realidad. Mi padre era alcohólico y pegaba a mi madre así que lo tomé como ejemplo.
En ese momento empecé a beber, a fumar y a apostar. Después conocí a mi esposa y nos casamos. Pensaba que mi vida iba a cambiar, pero lo que conseguí fue convertir su vida y la de nuestros hijos en un verdadero infierno. Les maltrataba y no aportaba dinero en casa por lo que la situación era insostenible.»
Una familia destrozada
«Más tarde me sentía mal, pero pensaba que el daño ya estaba hecho y no cambiaba. Además, era tan orgulloso que no aceptaba la ayuda de nadie. Bebía y discutía porque en ese momento me sentía superior al resto. El problema venía al día siguiente. Ahí me sentía frustrado y me juraba a mí mismo que no iba a volver a beber, pero no lo lograba.
Mi carácter cambió con todo el mundo y empecé a tener problemas con mis compañeros de trabajo. Me asusté cuando, el consumo de alcohol era tan exagerado que, llegó un momento en el que caminaba unos pasos y me faltaba el aire, apenas podía respirar. Estaba en un círculo vicioso del que no sabía cómo salir y perdí las ganas de vivir.»
Un halo de esperanza
«Un día, estaba en casa, y escuché por la radio las historias de personas que lo habían pasado muy mal y lo habían superado. Hablaban del trabajo de la ONG La Mano Que Ayuda y de cómo gracias a los consejos que habían recibido, ahora su vida era otra. Así que decidí acudir y comprobarlo por mí mismo.»
En las charlas comprendí que debía cambiar aquellas cosas que estaba haciendo mal y me enseñaron qué pautas utilizar para lograrlo. Al cabo de un tiempo mi vida empezó a cambiar.
Ahora soy feliz con mi mujer y mis hijos, dejé por completo las adicciones, conseguí un trabajo que me llena y tenemos una situación económica espléndida. Por fin mi vida está como siempre soñé.»