El bullying o acoso escolar sigue siendo una triste realidad en colegios e institutos de todo el país, y aunque cada vez hay una mayor sensibilización al respecto, este sigue en aumento, hasta la escalofriante cifra del 240% desde 2015. La edad media del acosado es cada vez menor, en torno a los 10 años, y han aumentado los casos de acoso a niños menores de 7 años.
El bullying está siendo cada vez más agresivo y el cyberbullying está también en aumento, ya que los acosadores encuentran en el Whatsapp y las redes sociales un modo fácil para afectar y amedrentar a la víctima. En esta forma de bullying, el perfil del acosador suele ser femenino, al contrario que el bullying presencial, que suele ser masculino. Con el ciberacoso aumenta la gravedad al producirse fuera del ámbito escolar y de manera continuada, ya que así las víctimas pierden su espacio de intimidad, su casa, donde se sienten protegidos.
Sin embargo, ni todo es negativo. Las víctimas de acoso están hablando y denunciando cada vez más gracias a las campañas, y se ha visto un considerable aumento en la concientización de los jóvenes, lo que redunda a favor de las víctimas de este mal. Más jóvenes se suman a denunciar el maltrato que sus amigos sufren, sintiéndose estos “menos solos”.
La tristeza, la ansiedad y el miedo siguen siendo secuelas que perduran en las víctimas durante más tiempo del que dura el acoso. Además, en el 8,4% de los casos, prácticamente uno de cada diez, la víctima se ha autolesionado e incluso ha llegado a pensar o intentar suicidarse en su desesperación. Padres y profesores están mejor formados al respecto, sin embargo, hay un descontento generalizado en relación a recursos.
Algunos padres denuncian la falta de comunicación por parte del centro, y algunos docentes exigen tiempo, espacio y recursos para poder trabajar en este asunto. El director de la fundación ANAR, Lorezo Cooklin, en su estudio II Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying, reclama la necesidad de afrontar el tema con un Pacto de Estado así como se está haciendo con la violencia de género.