Los problemas de Tannia empezaron cuando la única persona con la que tenía un lazo afectivo, su padre, se fue a otro país. Tras su ausencia, la joven empezó a desarrollar un comportamiento agresivo con su madre.

Nuevo país pero no nueva vida

Al llegar a España, Tannia y su pareja empezaron a tener muchas peleas, a fumar y a consumir alcohol, lo que le llevó a fracasar en su vida amorosa. Ante este panorama, Tannia buscó un remedio a su soledad en las calles: «Comencé a salir con mis amigas, a conocer gente, para llenar ese vacío que existía dentro de mí, y fue en ese momento que comencé a usar drogas.»

Depresión, pastillas y soledad era la vida que llevaba Tannia. Al no poder ver una luz al final del túnel, intentó suicidarse: «Al romperse la relación, me llené de mucha rabia y rencor. Intenté suicidarme con los antidepresivos.»

El Centro Cristiano La Mano Que Ayuda fue su última salida

Tannia conoció el Centro Cristiano La Mano Que Ayuda por la invitación de su madre. Y al participar de las cadenas de oración y a seguir los consejos, empezó a ser una mujer feliz. «Al participar de las reuniones, y de poner en práctica los consejos que allí recibía, mi vida empezó a cambiar. Me ayudaron a vencer mi pasado y a superar el trauma que cargaba al separarme de mi padre.»

Hoy, Tannia es totalmente diferente. Dejó las pastillas, el tabaco, alcohol y es felizmente casado. Ahora es una mujer feliz y tiene una buena relación con su madre, y es realizada en el amor.

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