La depresión afecta, no solamente al enfermo, sino a todos los que están cerca de él, pudiendo zarandear seriamente, e incluso destruir, la estructura familiar.
Alguien que se encuentre deprimido puede, fácilmente, despertar sentimientos de frustración, culpa y rabia entre sus familiares; quienes pueden mostrarse resentidos o revelar dificultades para entender todo aquello por lo que está pasan-do la persona deprimida. Estas reacciones negativas por parte de la familia, no hacen sino agravar todavía más el estado deprimido del enfermo.
COMPRENSIÓN
Corresponde a la familia aprender más sobre la depresión, para poder ofrecer apoyo a la persona afectada; ya sea a través de incentivarla a buscar ayuda especializada o la adherencia al tratamiento prescrito. Además, los grupos de apoyo para las personas con depresión y sus familias, suele ayudar de forma.
UNIÓN
Lidiar con un trastorno depresivo representa, no solamente uno de los mayores desafíos que cualquier familia puede enfrentar; sino también, una excelente oportunidad para que todos sus miembros puedan conocer mejor sus fuerzas y debilidades. En el momento en el que una familia se une para auxiliar a uno de sus miembros a atravesar una crisis depresiva, el resultado puede suponer el fortalecimiento de la unidad familiar.