“Buscad al SEÑOR y Su poder; buscad Su rostro continuamente.”
(1 Crónicas 16:11)
Dios espera que Lo busquemos. ¿A cuántos padres les gustaría ayudar a sus hijos, pero no pueden, pues ya son adultos y no les oyen? El hijo quiere hacer lo que mejor le parece con su vida y, por eso, no le da explicaciones a su madre o a su padre. Sin embargo, si después de sufrir mucho, el hijo le pide ayuda al padre, entonces, él puede auxiliarlo, darle consejos, buscar una salida para su hijo. Así es con Dios.
Él espera a que Sus hijos se vuelvan a Él, para que entonces pueda responderles y ayudarlos. No sufras solo, no culpes a Dios por tus infortunios. Quién sabe si Él solo está esperando que te vuelvas a Él, oigas Sus palabras y las obedezcas.
Y si tú ya has hecho esto, continúa buscando. La orientación es clara: “buscad Su rostro continuamente”. No durante un tiempo. No durante dos tiempos. No durante tres tiempos. Sino todo el tiempo. Para que sea posible vivir en este mundo, nunca podemos dejar de buscar la presencia de Dios. Debemos buscarlo continuamente si queremos Su ayuda perpetuamente; Su respuesta perpetuamente; Su atención perpetuamente. Esto es lo que Él está dispuesto a ofrecernos.
Busca la presencia de Dios para recibir Su ayuda.