No se habla de otra cosa. Todas las noticias de la actualidad se han reducido a una: el coronavirus. Parece que solo hay datos negativos y que se augura un futuro desolador. Ser meros consumidores de información negativa puede ser muy dañino para nuestra salud en general si no la filtramos adecuadamente. La psicóloga Maribel Salvo nos da algunas claves para enfocar la pandemia de manera que salgamos fortalecidos.

La información que nos llega de los medios de comunicación es muy negativa y está poniendo a millones de personas en sobreaviso. La reacción más habitual es ponerse en el peor de los escenarios, que es un mecanismo de defensa. La psicología lo llama “ansiedad anticipatoria”. Esto está generando mucho malestar emocional, como ya estamos empezando a comprobar.

NOTICIAS, MENOS ES MÁS

Lo primero que debemos saber es que no tenemos que ver las noticias en todo momento, no necesitamos saber, minuto a minuto, cuántas personas han fallecido o qué dicen los epidemiólogos o los expertos en economía. Todos queremos estar informados, pero no tenemos que estar pendientes de las noticias las 24 horas del día. Lo más saludable es informarse una vez al día y dejar el resto del tiempo para dedicarnos a cosas que nos traerán bienestar.

Es importante también que escojamos una fuente de información contrastada, veraz y que no sea sensacionalista. Uno de los chicos con los que trabajo hizo un comentario que muestra, claramente, la forma en que trabajan algunos medios de comunicación: “Yo no voy a ver este informativo porque este presentador es el más negativo. Su expresión, las caras que pone y su manera de hablar, hacen que las noticias sean aún más negativas”.

Los medios de comunicación utilizan el sensacionalismo porque las noticias negativas venden más que las positivas. Esto siempre fue así, no solo sucede ahora con el coronavirus. El 95% de las noticias son siempre negativas, el 5% restante suele ser una noticia súper buena, pero nunca se ha visto un medio de comunicación que hiciera más eco de lo positivo.

No vamos a negar la realidad. Estamos ante una situación con mucha incertidumbre. No tenemos información objetiva que nos sirva de referencia. No sabemos cuándo se terminará el estado de alarma o cuándo se va a encontrar una vacuna. Pero si a esto le añadimos pensamientos negativos tipo “¿y si me enfermo” o “¿y si le pasa lo mismo a mi padre o a mi madre?” entraremos en un bucle de emociones negativas que puede tener efectos desastrosos.

Si simplemente “consumimos” las noticias sin tener esto en cuenta acabaremos, naturalmente, teniendo un pensamiento pesimista, lo que dará lugar a un estado de ánimo negativo.

No solo el coronavirus es contagioso, las emociones también son muy contagiosas. Por ejemplo, si estamos muy felices vamos a hacer que las personas que nos rodean estén alegres. Y lo mismo sucede a la inversa, si estamos de mal humor haremos con que los demás acaben enfadándose.

¿QUÉ TENEMOS QUE HACER?

Debemos vivir el día a día sin anticiparnos a lo que pasará dentro de dos semanas o en un mes y centrarnos en aquello que podemos hacer HOY en esta situación. Hay cosas que no podemos cambiar. No sabemos qué va a pasar y por mucho que nos anticipemos o que nos preocupemos por la situación económica o por la salud de nuestros seres queridos lo único que vamos a conseguir es sentirnos mal.

Vamos a buscar en el AHORA lo que es más beneficioso para mi y para los que me rodean. Por eso, estar todo el día pendientes de las noticias negativas no nos beneficiará en nada.

ENTENDIENDO EL MIEDO

Cuando sentimos que estamos en peligro, ya sea real o imaginario, nuestro cerebro se pone en alerta, pues no diferencia si es real o no. Ante un peligro solo podemos reaccionar de 3 maneras posibles:

1. Atacar
En este momento no podemos atacar, solo protegernos y cuidar nuestra salud.

2. Huir
El huir en estos momentos no está en nuestras manos.

3. Quedarnos paralizados
Si nos anticipamos a lo negativo, aunque sea imaginario, nos quedamos paralizados. Esto es lo que está haciendo mucha gente, dejando de hacer lo que tienen que hacer en el presente para estar mejor.

Para no quedarnos paralizados tenemos que saber lo siguiente: no sabemos si el mañana llegará y no sabemos qué pasará después de esta pandemia. La verdad es que NUNCA SABREMOS QUÉ VA A OCURRIR y tampoco lo sabíamos antes de que apareciera este virus. Vamos a ir día por día. Por eso, lo más inteligente es disfrutar de nuestra familia, de nuestra pareja si la tenemos y de hacer las cosas que antes, por causa del estrés y las ocupaciones, no podíamos hacer. ¿Cuántos de nosotros no deseábamos estar más tiempo en casa con nuestros seres queridos? Cuando las cosas vuelvan a la normalidad muchos echarán de menos el poder estar en casa.

¿Y si la situación empeora mañana? Buscaremos hacer otras cosas para mejorar nuestra situación.

Si estamos asustados seremos más manipulables porque cuando nos encontramos incapaces de manejar la situación es más fácil que dejemos que otros lo hagan por nosotros.

REPERCUSIÓN EN LA SALUD FÍSICA

Las personas con mejor salud emocional tienen mejor salud física. Está comprobado científicamente. Además de los consejos anteriores podemos practicar la sonrisa. Si me siento con la cabeza levantada y la espalda recta voy a sentirme mejor porque mi cerebro segregará más dopamina, endorfinas y serotonina, que son las hormonas del buen estado de ánimo.

Por último, debemos saber que de esto vamos a salir fortalecidos. Depende de donde pongamos nuestra cabeza.

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