La extrema indignación de Inés estaba provocada por varios problemas en su infancia, principalmente el divorcio de los padres. «Pasé a estar muy carente de afecto debido a la ausencia de mi padre y llenaba ese vacío con amistades, siendo rebelde para llamar la atención. En la escuela respondía a los profesores y faltaba a las clases. Era muy influyente y hacía cosas que discordaban, pero sólo para mostrar que también podía ser como ellos.»
NUEVA IDENTIDAD
“Cuando llegué al Centro Cristiano La Mano que Ayuda me hablaron de un Dios que me aceptaba como yo era, me perdonaba y me daba una nueva vida. Entonces, a medida que fui aprendiendo más sobre la fe, tomé la decisión de obedecer y dar una oportunidad a Dios. ¡Fue el comienzo de una nueva vida!
¡TODO CAMBIÓ!
Me convertí en una joven obediente y hoy no necesito demostrar nada a nadie, pues sé mi valor. De una joven que faltaba a las clases, pasé a ser una alumna de mérito y obtuve tres becas. ¡Doy gracias a Dios por todo, porque cambió mi identidad y me dio la oportunidad de una nueva vida!”.
Inés