Como dice el refrán “dime con quién andas y te diré quién eres”, esto se podría extrapolar para nuestra salud. Para muchas personas los refrescos se han convertido en amigos íntimos, están a su lado en todo momento, por la mañana, por la tarde, por la noche, de madrugada, cuando están muy animados o cuando están de bajón, en fin, el compañero inseparable.

Si eres de las personas que consumen estas bebidas de forma habitual, es importante que conozcas el daño que puede llegar a hacer a tu organismo. Reducir o eliminar su consumo puede tener grandes beneficios para tu salud. Según un reciente estudio, consumir un vaso diario de refresco te envejece unos dos años más y aquellas personas que tenían un consumo de medio litro o más, unos 5 años más con respecto a las personas que no suelen consumir refrescos.

¿Por qué se beben tantos refrescos?

A la larga provocan adicción ya sea por la cantidad de azúcar, cafeína u otros químicos legales pero adictivos que poseen los refrescos.

Que ocurre en tu cuerpo a los 30 minutos de beber un refresco

Estos son los efectos que se producen en tu organismo tras beber un refresco de cola:

10 minutos: Una vez bebida al completo, tu cuerpo ha ingerido el equivalente a 10 terrones de azúcar. Deberías vomitar de repulsión, pero el ácido fosfórico que contiene esta bebida gaseosa enmascara el azúcar con un sabor ácido, que provoca una ilusión saciante.

20 minutos: El índice de azúcar en sangre aumenta brutalmente y pone tu organismo a prueba. El páncreas se embala y segrega insulina en masa. A pesar de todo, la insulina es vital para el organismo y ella sola es capaz de transformar en grasa el increíble exceso de azúcar en sangre, que el cuerpo tolerará mejor. En efecto, puede almacenar la grasa en forma de incómodos michelines, inofensivos si son provisionales, mientras que la glucosa resulta un veneno mortal cuando se encuentra en altas dosis en la sangre. El hígado es el único capaz de almacenar glucosa, pero su capacidad es muy limitada.

30 minutos: Tu cuerpo absorbe totalmente la gran cantidad de cafeína que tiene el refresco de cola. Hace que se dilaten las pupilas y que aumente la presión sanguínea. En ese mismo momento se saturan las reservas de azúcar en el hígado, lo que provoca el rechazo de azúcar en la sangre.

45 minutos: Tu cuerpo empieza a producir más dopamina. Se trata de una hormona que estimula el “centro del placer” en el cerebro.

1 hora: Ahora tiene lugar un descenso del nivel de azúcar (hipoglucemia) y la energía, tanto física como mental, cae en picado.

Para evitar esta cadena de catástrofes, cuando se trata de calmar la sed, la única solución es beber agua.

George Prior, un vecino de Los Ángeles de 50 años, decidió realizar un experimento usándose a sí mismo como conejillo de indias para ver qué le pasaba a su cuerpo tras consumir 10 latas de refresco de cola al día durante un mes. Aumentó más de 10 kilos de peso durante los 30 días que duró su experimento, además de sufrir un aumento de su presión arterial hasta alcanzar 145/96, un síntoma del empeoramiento de su salud.

Daños que hacen los refrescos a tu salud.

  • Obesidad. El consumo excesivo de refrescos y la obesidad tienen una relación muy estrecha.
  • Estudios recientes han mostrado una asociación entre los refrescos sin azúcar y un aumento de la cintura.

Las bebidas gaseosas tienen grandes cantidades de azúcar refinada (sucrosa y almíbar de maíz de alta fructosa). La fructosa afecta los niveles en sangre de hormonas como la insulina, leptina (hormona que inhibe el apetito) y grelina (hormona que estimula el hambre). De acuerdo a varios estudios, debido al efecto de la fructosa sobre las hormonas, el consumo prolongado de productos con mucha energía proveniente de la fructosa, juega un rol fundamental en la ganancia de peso y la obesidad.

Si deseas consumir bebidas gaseosas, hazlo con moderación teniendo en cuenta cómo puede afectar a tu salud.

Una lata de 355 ml contiene aproximadamente 10 cucharitas de té de azúcar y aporta 150 calorías. Su consumo agrega calorías innecesarias para la dieta cotidiana. Esto sumado a la falta de ejercicio y a la genética de cada individuo puede contribuir a la obesidad.
Tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de diabetes, problemas cardíacos, infarto, cáncer y otras enfermedades, y causa problemas sociales y psicológicos. Tiempo atrás la diabetes tipo 2, era una enfermedad propia del adulto, pero hoy en día, lamentablemente, hay niños y adolescentes que la padecen. Definitivamente para ayudar a perder peso, la gaseosas deberían reemplazarse por agua.

  • Diabetes. Tomar un refresco diariamente eleva el riesgo de diabetes tipo 2 en un 15% y además promueve la resistencia a la insulina.
  • Caries. El ácido y el azúcar que se encuentran en los refrescos pueden disolver el esmalte dental. Es muy importante que no olvides cepillarte los dientes una vez que consumes un refresco.

El azúcar refinada junto a los ácidos presentes en las gaseosas, como el ácido fosfórico y el ácido cítrico entre otros contribuye sustancialmente en la aparición de caries dentales y erosión del esmalte dental. La caries dental se produce por la desmineralización del diente causada por los productos ácidos provenientes de la fermentación de restos alimenticios, especialmente carbohidratos, inducida por las bacterias presentes en la cavidad bucal. En niños y adolescentes la estructura del esmalte dental, en proceso de maduración, es aún porosa y fácilmente de ser atacada por ácidos, provenientes de los restos alimenticios o de los ácidos presentes en estas bebidas. Recordemos que el pH de las gaseosas promedia alrededor de 2.4, lo que contribuye a la desmineralización de los tejidos duros del diente.

La erosión dental es un proceso de desmineralización que lleva a la pérdida de esmalte dental por disolución química de los ácidos de origen no bacterial. En este caso las bacterias no están involucradas, sino que la exposición reiterada a los ácidos de las gaseosas no dietéticas y dietéticas (diet/0 calorías) y alimentos, aumenta la solubilidad de los tejidos duros del diente.

  • Problemas renales. El ácido fosfórico y el benzoato de sodio presentes en los refrescos, pueden llegar a causar cálculos y problemas renales.
 Diversos estudios han comprobado que las bebidas gaseosas tienen el potencial de aumentar el riesgo de desarrollar cálculos renales. Como hemos visto las gaseosas contienen ácido fosfórico. Un exceso de este ácido alienta la formación de cálculos renales.

Además, el aumento de ácido fosfórico en sangre promueve la liberación de calcio de los huesos hacia la sangre para compensar esta falta de balance.
El calcio se elimina a través e la orina, la cual se satura y cristaliza el calcio formando los cálculos.


La formación de cálculos también está relacionada con la ingesta excesiva de azúcar.

  • Insomnio. Debido a los altos niveles de azúcar que contienen pueden provocar insomnio.
  • Gastritis. La alta concentración de azúcar, aditivos y un pH ácido pueden causar trastornos digestivos.
  • Osteoporosis. Los altos niveles de fosfato en el cuerpo alteran el equilibrio mineral de los huesos dañándolos.

Estas bebidas afectan directamente a la células del cuerpo a un nivel cromosómico, dañando los telómeros al igual que produce el mal habito de fumar.

Las personas que consumen bebidas gaseosas, especialmente niños y adolescentes, en lugar de leche u otros productos lácteos, tendrán una ingesta de calcio por debajo de lo ideal. La baja ingesta de calcio contribuirá a padecer de osteoporosis. El riesgo de padecer osteoporosis depende en parte de la cantidad de masa ósea que hayamos acumulado durante las etapas tempranas de nuestra vida. Alrededor de los 18 años, una niña habrá constituido el 92% de su masa ósea. Por ello, si durante esta etapa no consumen una ingesta adecuada de calcio, no lo podrán hacer luego cuando tengan una edad más avanzada.

Estudios han sugerido que la ingesta menor de calcio debido al consumo de bebidas carbonatadas se asocia a mayor cantidad de fracturas óseas entre los niños y adolescentes.


Así mismo, el ácido fosfórico presente en estas bebidas favorece la osteoporosis, debido a que disminuye los niveles de calcio y aumenta los niveles de fosfato de la sangre y la excreción urinaria de calcio.


Si los niveles de fosfato en sangre son altos y los de calcio son bajos, el calcio presente en la masa ósea pasa a la sangre para compensar esa disminución. Esto hace que los huesos, con el paso del tiempo, se descalcifiquen y se debiliten.


El consumo excesivo de azúcar refinada y cafeína, ambos presentes en las bebidas gaseosas, también promueven la pérdida de calcio por parte de la masa ósea cuando el consumo de calcio está por debajo de lo normal.

  • Enfermedades cardíacas
. Las dietas con altas cantidades de azúcar pueden contribuir a desarrollar enfermedades cardíacas en personas que tienen el síndrome X o síndrome metabólico. Estas personas presentan insulino-resistencia, hipertensión arterial, altos niveles de triglicéridos, obesidad abdominal y altos niveles de azúcar en sangre.
    Así mismo muchos estudios han descubierto que las personas que consumen uno o más refrescos por día, ya sea light o no, tienen un 50% más de riesgo de desarrollar el síndrome metabólico que con el tiempo traerá enfermedades cardíacas, infarto y diabetes.

Ejemplos de efectos al consumir refresco.

  • El benzoato de sodio puede provocar asma y urticaria.
  • El jarabe de maíz se relaciona con el síndrome metabólico, diabetes y padecimientos cardíacos.
  • El ácido fosfórico aumenta el riesgo de padecer osteoporosis.
  • Las latas tienen BPA, químico cancerígeno que debilita el sistema endocrino y puede causar pubertad prematura y problemas reproductivos.
  • Uno o dos refrescos al día aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 en un 25%.
  • Los azucares y ácidos que contienen provocan deterioro de la dentadura.
  • El ácido fosfórico que contiene se relaciona con piedras en los riñones.
  • El consumo provoca obesidad que a su vez desencadena enfermedades cardiovasculares.

Otras alteraciones

Cafeína

Es considerada una droga estimulante adictiva y está presente en la mayoría de las bebidas de cola y en gaseosas con sabores cítricos. La adicción a la cafeína, sería una de las razones de por qué las bebidas gaseosas más populares la tienen presente entre sus ingredientes. Las grandes industrias de bebidas dicen que solo agregan cafeína para dar sabor a las bebidas. Sin embargo, los consumidores regulares no detectan este sabor. Lo cual sugiere que la adición de cafeína es simplemente para lograr efectos estimulantes en el consumidor.


La cafeína aumenta la excreción de calcio por orina que junto a una dieta pobre en calcio, especialmente en niñas y adolescentes, aumenta el riesgo de sufrir de osteoporosis.

La cafeína causa efectos en el comportamiento ya que aumenta el estado de alerta, causa nerviosismo, irritabilidad, insomnio y taquicardia. Los niños desarrollan dolores de cabeza, cansancio y les cuesta irse a dormir.

Además, la adicción que provoca la cafeína, hace que el consumidor no deje de beber este tipo de refrescos u otras bebidas que contengan cafeína. Existen estudios que han demostrado que la cafeína presente en 2 ó 3 latas de gaseosas por día (100 mg/día) es suficiente para producir dependencia física.

Colorantes:
 Varios de los aditivos para dar el color característico a las gaseosas causan diferentes alteraciones como alergias e hiperactividad.


La mayoría de los colorantes causan reacciones alérgicas debido a que son liberadores de histaminas. La mayoría de los colorantes provienen de la hulla (carbón). A continuación mencionaremos algunos:

  • Colorante amarillo 5, tartrazina o E102: causa asma, goteo de nariz, y urticaria si se mezcla con analgésicos como la aspirina
  • Colorate caramelo: usado en las bebidas de color marón, provoca alteraciones sanguíneas y cáncer en animales de experimentación. El color se logra mezclando azúcar con nitratos y sulfitos a alta presión.
  • Colorante cochinilla o ácido carmínico, E120: proviene de insectos. Causa disminución del crecimiento en animales de experimentación. Produce hiperactividad y alergias en niños.

¿Qué beber en lugar de bebidas gaseosas?

  • Principalmente agua.
  • Zumos de frutas naturales.
  • Zumos de frutas sin azúcar añadido.
Los zumos naturalmente contienen ya una alta proporción de azucar. Por ejemplo, aproximadamente el 10% del volumen del jugo de las manzanas es azucar.
Así mismo, el pH natural de los zumos es tipicamente ácido; manzana y naranja oscilan un pH de 3.
  • Leche semidesnatada o descremada.
  • Soda o agua con gas.

Recomendaciones

  • Los padres son los modelos de sus hijos, y eso incluye, sin lugar a dudas, sus hábitos dietéticos. Si los padres consumen bebidas gaseosas regularmente, esto tendrá una gran influencia sobre los hijos. 
Es aconsejable que los padres estén vigilantes de lo que consumen sus hijos y a su vez, deberían alentarlos a consumir productos y bebidas nutritivas.
  • No es aconsejable reemplazar un tentempié o snack nutritivo por una lata de gaseosas.
  • Al realizar las compras para el consumo diario, evitar comprar todo tipo de bebidas azucaradas o carbonatadas.
  • Siempre debemos leer las etiquetas de los productos que compramos y ver sus valores nutricionales.
  • No debemos olvidar de mantener una higiene dental óptima para evitar la aparición de caries dentales y visitar regularmente al dentista para controles.
  • Si deseas consumir bebidas gaseosas hazlo con moderación, teniendo en cuenta cómo puede afectar tu salud.

Dra Teresa Pérez
Coach de salud
Médico de Empresa
Especialista en Valoración de Daño Corporal

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