«No tenía motivación por la vida»

Gladis desde temprana edad sufrió traumas, enfermedades y tristeza. Pero todo empeoró cuando descubrió la infidelidad de su marido. Sus días se llenaron de odio y frustraciones debido a las constantes peleas.

Siendo un momento tan difícil para Gladis, ella no encontraba una salida y cayó en depresión, no tenía ganas de vivir, lo único que pensaba era en dejar de vivir. «Tenías ganas de suicidarme, no tenía motivación por la vida, nada tenía valor, ni yo misma» relata Gladis.

En el intento de un poco de alivio, acabó acudiendo a los antidepresivos. «Me refugié en las pastillas para dormir y en los antidepresivos.» Pero su sufrimiento se colmó cuando su marido la abandonó y le detectaron un problema estomacal. «A raíz de todo ese sufrimiento vivido, me detectaron una úlcera en el estómago, sin cura.»

La Mano Que Ayuda fue su última salida

Conoció la ONG por medio de una programación de radio, donde escuchó casos reales de personas que acudieron y pudieron salir adelante. Empezó a venir a las conferencias y a través de la reuniones de ayuda aprendió a ser fuerte. «En las reuniones de ayuda aprendí a valorarme, a quererme, creer en mí. Esto me hizo más fuerte.»

Su vida empezó a cambiar de rumbo. Dejó las pastillas para dormir y los antidepresivos y ahora quiere vivir. Actualmente, es una mujer feliz, cuida de su salud y de sí misma.

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