¿Ya observaste a un elefante en el circo? Durante el espectáculo, el enorme animal hace demostraciones de fuerza increíbles.

Pero, lo que muchos no saben es que antes de entrar en escena, el elefante permanecía preso, quieto, atado solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin duda la estaca es un pequeño pedazo de madera. Y por más gruesa que la cadena sea, obviamente si el hubiese usado la fuerza que tiene, la habría arrancado y escapado hace mucho tiempo. ¡Pero, qué misterio! ¿Por qué no huye?.

La respuesta es simple: el elefante no escapa porque fue preso a la estaca cuando era pequeño.

En aquella época, la estaca era mucho más pesada para él y, a pesar de todo el esfuerzo que hiciese, no se podía soltar. Cansado de intentar, el creció, aceptó aquella situación, creyendo que no podía cambiarla.

Reflexión:

Lo mismo sucede con muchas personas. Después de haber recibido negativas o intentado algo sin éxito, se conforman con los problemas, creyendo que no podrán vencerlos. Al igual que el elefante, ellas quedan presas a las estacas del fracaso y a una vida limitada, impidiendo que la fuerza que existe dentro de ellas rompa las cadenas que la tienen sujetas a los problemas.

Ejercita la fe que hay dentro de ti y no permitas que las situaciones o las palabras de duda, neutralicen el poder capaz de transformar tu vida por completo.

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